martes, 26 de febrero de 2013

La primera carrera universitaria para funebreros ya tiene 40 inscriptos

"La gente se muere, es inexorable. Y por regla general, nadie sabe muy bien qué hacer ante la muerte. Pero hay personas que sí saben o, en todo caso, estudian para actuar precisamente en ese delicado momento.
En la recientemente creada Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV), una de las carreras más novedosas de toda la oferta educativa superior de la Argentina, la Tecnicatura para la Gestión de Empresas Fúnebres, está a punto de cumplir su primer año de vida. Es la única propuesta de este tipo en el Mercosur. Unos 40 alumnos ya la cursan a distancia, y dentro de un año y medio ya estaría en condiciones de recibirse la primera camada de universitarios funebreros, que buscan cambiar el paradigma hereditario y tradicional que predomina desde siempre en el negocio de la muerte.
"Esto era una herencia o un oficio. La idea es transformarlo en una profesión, pero hasta acá no había dónde estudiar. Muchos me dicen: '¿Qué tenés que estudiar para enterrar un muerto?' Y en realidad, esto es mucho más profundo: la gente, cuando tiene un problema grave, no está en condiciones de razonar, ahí tiene que haber un profesional que la guíe", explica Ricardo Péculo, una leyenda del arte del sepelio, y que dicta las materias Ceremonial Exequial, Tanatoestética (embellecimiento del cuerpo con cosméticos) y Tanatopraxia (conservación por intermedio de químicos). Otras de las 15 asignaturas que se dictan son Asistencia al duelo, Aspectos Comerciales, Historia y Cultura: perspectiva antropológica, Bioseguridad, Prevención de riesgos psicológicos en el trabajo funerario, y dos niveles que son obligatorias en toda la UNDAV: Trabajo social comunitario e Idioma.
"La idea era brindar estos estudios a una población que no tenía sistematización o rigurosidad en su profesión. Es algo novedoso que, desde luego, no tiene una demanda masiva. En el primer año tuvimos una muy buena respuesta, con 40 alumnos inscriptos de todo el país", enfatiza la vicerrectora, Nancy Ganz. Y aclaró que "está la posibilidad para los mayores de 25 años que no terminaron el secundario y acrediten experiencia laboral, de hacer el examen de suficiencia y, de aprobarlo, inscribirse como estudiantes universitarios".
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